JOSÉ LUIS RUBIO
¿DÓNDE ESTABA MI MUJER?
Después de cenar, como todas las noches, salí a dar un paseo. En esta ocasión mi mujer no me acompañó. Anduve durante una hora. Luego me senté en un banco a ver el río. Allí permanecí un buen rato. Di un rodeo para volver a casa. A punto estuve de perderme. Al llegar metí la llave en la cerradura. La puerta no se abrió. Tal vez mi mujer echó el cerrojo. Llamé al timbre. Desde el otro lado una voz, que no reconocí, me preguntó que quién era. Sorprendido tardé en responder. Después pedí que me abriera porque era el dueño. Extrañada me respondió que la única dueña era ella. Pensé que me había equivocado de casa. Miré el número. Era el mío. Volví a llamar. La señora me dijo que si insistía llamaría a la policía. No entendía nada. La calle estaba desierta. Tal vez no era el número de mi casa. Como eran todas tan parecidas. Probaría en la siguiente. La llave aunque entró en la cerradura no abrió la puerta. Seguí intentándolo en las demás casas de la manzana sin éxito. No entendía nada. ¿Por qué mi llave no abría la puerta de mi casa? ¿Por qué en ella no estaba mi mujer? ¿De quién era la voz que me contestó? No tenía respuestas. Me fijé en un cartel que había en la pared. Anunciaba un concierto en la Casa de la Cultura para el fin de semana pero la fecha, la fecha, la fecha… mayo de 2025. En el año se habían equivocado. Sería mayo de 2015. Imposible que el año fuera el 2025. Decidí esperar a que amaneciera para resolver mis dudas. Hasta entonces dormiría en algún banco. Pasé la noche tiritando de frío y sin conciliar el sueño. La salida del sol la recibí con los ojos abiertos pero cansado, muy cansado. Busqué un bar para desayunar. No tuve que buscar mucho. A unos pasos un letrero luminoso anunciaba una cafetería. Entré. Sobre una mesa un periódico del día. Me senté. Pedí un zumo de naranja y unas tostadas. Cogí el periódico. Busqué la fecha. 15 de mayo de 2025. No podía creerlo. Pero esa era la fecha. Salí de casa en 2015. ¿Dónde estuve esos diez años? ¿Qué pasó? ¿Por qué no recordaba nada? ¿Dónde estaba mi mujer?
JOSÉ LUIS RUBIO